La esperanza se ha desdibujado del
futuro de miles de venezolanos, que cruzaron la frontera para perseguir un
sueño de superación. Hambre, sueño, frío y son sus permanentes acompañantes
Una
cancha deportiva en el barrio Sevilla, en Cúcuta, sirvió de refugio para
cientos de venezolanos que hacían vida en sus instalaciones. Ciudadanos a la
intemperie y la deriva, en calles y avenidas desconocidas. El espacio se
transformó rápidamente en el hogar de todo aquel que decidía cruzar la frontera
para huir de la crisis y buscar un mejor futuro.
Los
venezolanos dormían en campamentos improvisados, con sábanas y colchonetas en
el suelo. Maletas y cajas guardaban la esperanza de aquellos que decidieron
partir de su tierra, los pocos enseres “adornaban” las instalaciones del
bautizado “Hotel Caracas”.
Hombres,
mujeres y niños pasaban sus días y noches sin un techo.
El “Hotel Caracas” ni
siquiera contaba con un baño; por ello, recurrían a un río cerca del lugar para
asearse. En ocasiones, tenían que guardar agua de la lluvia en envases
plásticos. Además, las “mafias cucuteñas” les cobraban entre 3.000 y 4.000
pesos para permanecer allí.
Las
protestas de los vecinos no se hicieron esperar, se quejaron de la pernocta que
generaba basura y delincuencia. Cerca de 900 venezolanos llegaron a instalarse
y acomodarse en el polideportivo, hasta que el campamento fue atacado con
bombas incendiarias el 23 de enero.
La
hostilidad y el rechazo comenzaron a marcar las relaciones entre venezolanos y
colombianos, quienes se sienten desplazados aun en el campo laboral, indicó el
concejal de Cúcuta José Oliverio Castellanos.
El
concejal consideró que el desalojo de las personas que vivían en el “Hotel
Caracas” no es una solución, pues se desplazarán a otro lugar. Señaló, en una
entrevista a El Nacional Web, que es responsabilidad del
gobierno colombiano buscar una salida a esta problemática.
“Es
recuperar un espacio para que ocupen otro. En el Concejo de Cúcuta ya no vamos
a generar más debate. El gobierno nos ha dejado solos en esta situación”, dijo.
Foto:
EFE | Schneyder Mendoza
Oliverio
propuso cerrar la frontera temporalmente mientras se decide qué hacer ante la
oleada de venezolanos que ingresa al país. Además, invitó a los candidatos
presidenciales en Colombia presentar iniciativas para hallar soluciones.
Deportaciones
José
Oliverio comentó que los venezolanos sin documentación, para residir en su
país, no podrán ser deportados pese a la amenaza de María Ángela Holguín,
ministra de Relaciones Exteriores de Colombia.
“El
gobierno nacional no tiene los recursos para deportarlos, primero tiene que
llevarlos a Migración, luego darles comida y alojamiento mientras se realiza el
proceso”, señaló el concejal. Recordó que anteriormente lo hacían con
aproximadamente 15 personas, pero ahora son más de 2.000.
“En
Venezuela hay una situación económica complicada y no una guerra, por eso ellos
no tienen condición de migración”, agregó.
Foto:
EFE | Schneyder Mendoza
Mano
de obra barata
Muchos
venezolanos llegan a Colombia de paso, con la intención de dirigirse otros
países como Perú o Ecuador para trabajar. Sin embargo, algunos no pueden
hacerlo por sus escasos recursos económicos y deben permanecer en Cúcuta
indefinidamente.
En
Cúcuta hay empresas que se aprovechan de la estadía irregular de los inmigrantes
para contratarlos, con salarios menores a los cancelados a los ciudadanos
naturales en el vecino país. Muchos colombianos se sienten desplazados
laboralmente, aseveró Oliverio.
600
empresas han sido sancionadas desde el 1° de febrero por contratar a
venezolanos en situación migratoria irregular, además de emplearlos con
condiciones salariales ilegales.
Control
fronterizo
Para
ingresar a Colombia, por cualquiera de los 7 pasos terrestres que existen a lo
largo de la frontera, solo se requiere el pasaporte vigente y la Tarjeta de
Movilidad Fronteriza (TMF), que permite la permanencia en el país por un lapso
no mayor a siete días continuos.
José
Oliverio exigió al gobierno del presidente Juan Manuel Santos un control
estricto en la frontera con Venezuela, para regular el éxodo venezolano.
Foto:
EFE | Gabriela Barrera
“No
existe ningún control por parte de Migración. Solo hay un conteo de cuántos
ingresan y cuántos salen (…) Exigimos que se apliquen los protocolos
internacional para que los venezolanos no entren como si estuviesen en su
territorio”, expresó.
A
juicio del concejal, los venezolanos solo deberían cruzar a Colombia para
adquirir alimentos.
Crisis
latente
Las
comunidades de venezolanos que residen en Cúcuta se han organizado para atender
a los paisanos que llegan a la ciudad sin recursos, ofreciéndoles alimento.
Eduardo
Espinel, coordinador de la ONG Venezolanos en Cúcuta, indicó que regalan comida
clandestinamente a los venezolanos en las calles, plazas y comunidades. Corren
el riesgo de ser reportados porque la Alcaldía prohibió la entrega de alimentos
en sitios públicos.
Foto:
EFE | Schneyder Mendoza
Aseguró
que la Alcaldía de la ciudad no cuenta con los recursos para atender a los
inmigrantes. “El gobierno trata de ocultar esta situación, tan real e
inhumana”, dijo Espinel en conversaciones con El Nacional Web.
“Es
un problema que al Estado se le escapa de las manos y que se incrementará con
el pasar del tiempo. A Cúcuta emigra el venezolano de más escasos recursos“,
acotó.
Las
iglesias católicas también fungen como centro de acopio y de distribución de
alimentos. Sin embargo, la organización y la solidaridad no se hizo esperar
ante la crisis migratoria. La realidad superó la capacidad de asombro, ante la
situación de calle en la que viven miles de venezolanos, a la intemperie y sin
las tres comidas del día garantizadas.
EFE | Schneyder Mendoza
Por ARIANY BRIZUELA | @ARIANYABP
08 DE FEBRERO DE 2018 07:20 AM | ACTUALIZADO EL 08 DE FEBRERO DE 2018 07:28 AM
Infografía: Gabriela Morales | Ariany Brizuela
No hay comentarios.:
Publicar un comentario